Limpieza reluciente – con nuestra nave de granallado para particulares, industria y comercio
Ya sean componentes de maquinaria, estructuras de acero, radiadores de una empresa de pintura o el chasis de un querido coche clásico: en nuestra moderna nave de chorro de arena, podemos devolver cualquier pieza a la carretera, libre de óxido, pintura, cascarilla y revestimientos.

El chorro de arena es un proceso mecánico de limpieza en el que un abrasivo -generalmente arena mineral- se propulsa sobre una superficie a gran velocidad. Así se elimina a fondo el óxido, la pintura vieja, la cal y otros contaminantes resistentes.
Al mismo tiempo, se crea una superficie rugosa que está idealmente preparada para el posterior trabajo de recubrimiento o soldadura.
El proceso se utiliza sobre todo para componentes de acero, tuberías, contenedores o piezas estructurales en los que se requieren superficies limpias, adherentes y tratadas uniformemente.
El chorreado con microesferas de vidrio es un proceso de chorreado especialmente suave para el acabado de superficies. Mediante aire comprimido, se chorrean pequeñas perlas de vidrio redondas sobre la superficie de una pieza.
A diferencia del arenado clásico, el proceso no elimina ninguna capa, sino que limpia, alisa y compacta la superficie sin hacerla visiblemente rugosa.
El chorreado con microesferas de vidrio se utiliza principalmente para acero inoxidable, aluminio o metales no férreos cuando se requiere un acabado uniforme y satinado, por ejemplo para componentes visibles o aplicaciones sensibles desde el punto de vista higiénico.
Las ventajas: sin cambios estructurales, sin influencia en las dimensiones y con un resultado visual de alta calidad.

Uno de nuestros expertos estará encantado de asesorarte sin compromiso en una primera consulta.

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